Durante el embarazo, la alimentación es un aspecto al que se debe tener mucho cuidado, siendo algunos alimentos excluidos de la dieta diaria, y otros de consumo importante, como lo es el caso de la mostaza, la cual a diferencia de lo que muchos piensan, no provoca ningún efecto adverso, que ponga en riesgo el embarazo, sino al contrario, su aporte nutritivo, de muchos beneficios para la salud de la madre y del feto en desarrollo.
Mostaza en el embarazo
La alimentación saludable se encuentra directamente relacionada con un nivel de salud adecuado en la persona, en donde los órganos y los sistemas del cuerpo humano presentan un eficiente estado en torno a sus funciones. Su importancia en la vida del ser humano, relaciona todas y cada una de las etapas en las que el hombre y la mujer enfrenta en su día a día.
Siendo la etapa de gestación, uno de los periodos en los que el enfoque de la comida sana se deberá tener mayor presente, iniciando desde el punto en que, el creciente y desarrollo del nuevo ser, dependerá estrictamente de la recibir los alimentos necesarios.
Es aquí donde la mostaza, aunque muchos lo crean se vuelve muy necesaria, por poseer muchos nutrientes que contribuyen a una adecuada salud del bebe y de la madre. Dentro de sus propiedades mas importantes se encuentran su aporte de potasio hacia el sistema nervioso, digestivo y muscular, como también, su contribución al adecuado funcionamiento de los riñones y el corazón por su alto contenido en fósforo.
Por otro lado, la mostaza al ser rica en vitamina C, relaciona propiedades antioxidantes y protectoras que, benefician significativamente la piel, los ojos y el aparato respiratorio. Sin embargo, al ser un alimento que produce un sabor picante se recomienda que su consumo no sea en exceso, pues también puede provocar efectos de acidez que, de alguna manera puede perjudicar la salud de la mujer embarazada.
Hay que recordar que, tanto en la etapa del embarazo como en la lactancia, la placenta y la leche materna, son un medio de trasmisión de alimentos, por lo que el sabor de cualquier comida, en este caso, su sensación de pica, puede ser trasmitida también al bebe.